Seis meses después de que entre en vigencia la Ley Ana Cecilia Niño, que prohíbe el uso del asbesto en Colombia a partir del 2021, se deberá reglamentar una ruta de atención integral para personas expuestas a este material cancerígeno.
Esta es una de las disposiciones del proyecto que celebran, sobre todo, personas afectadas por el asbesto como Jhony Silva, quien lidia junto a su esposa contra una asbestosis pulmonar. Silva trabajó como soldador, durante 11 años, en una empresa ubicada en Zarzal (Valle) y, según su esposa Xiomara García, adquirió la enfermedad por las varillas de soldar y los discos de las pulidoras “que son hechos en asbesto comprimido”.
“Su pulmón ha ido colapsando lentamente, se agita mucho, le coge mucho dolor, le da mucha tos, los cambios de clima le hacen daño, no duerme bien, cualquier olor fuerte lo perjudica, y está diagnosticado por el neumólogo con una asbestosis, que es uno de los inicios de un mesotelioma, o sea un tumor en el pulmón”, contó García.
La señora añadió que la aprobación de la Ley es “una alegría inmensa y un parte de alivio porque el aire será más puro, no van a tener que sufrir lo que han padecido las personas a causa de este mineral, que son consecuencias nefastas, el dolor es crónico y es una enfermedad que no tiene cura”.
A su vez, la senadora Nadie Blel, una de las autoras principales del proyecto de ley, que fue aprobado en plenaria de la Cámara de Representantes este martes, indicó que la iniciativa pasará a conciliación para luego ir a sanción presidencial.
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La congresista señaló que, según datos del Instituto Nacional de Cancerología, en los últimos cinco años en Colombia han fallecido 1744 personas por cáncer de pulmón, producto de la exposición al asbesto, y se registran más de 260 casos de mesotelioma.
“Con esto se demostró que aquí debe primar la vida, por encima de cualquier interés”, afirmó Blel.
De acuerdo con el proyecto aprobado, se contará con una política pública para sustitución de asbesto instalado, que contará con un periodo de cinco años a partir de la promulgación de la ley.
“El asbesto está en las tejas, en las tuberías, en los tanques de agua, en las pastillas para los frenos, en productos de uso cotidiano… un mensaje importante para la ciudadanía es que las personas no manipulen las tejas, no las taladren, no las partan, no las destruyan, porque el gran problema del asbesto es cuando sus fibras se liberan en el ambiente, al ser muy pequeñitas, ingresan a los pulmones y, después de 10 o 20 años, la persona desarrolla estas enfermedades que lastimosamente no tienen cura”, añadió la senadora Blel.
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